El apartamento de Zoey Sinn necesita un hombre práctico, pero el encargado de mantenimiento del edificio no está cerca. Ella llama a su buen vecino para que la ayude y arregle el basurero y el cabezal de la ducha. Después de que termina, Zoey insiste en pagarle, pero todo lo que quiere son unas galletas o un pastel. Sintiéndose caliente y cachonda, Zoey decide que un buen coño arrojado a su camino debería ser suficiente. A pesar de que está casado, ¡su vecino no puede resistirse a sus grandes tetas y jugoso culo!