Es hora de divertirme, y con eso, quiero decir que me van a pagar por un poco de polla. No soy una prostituta, ni siquiera cerca. Tengo novio, pero está entre trabajos, así que no tenemos mucho dinero entrando en la casa. Por eso tengo a Michael, mi azucarero. Me ayuda con la parte de dinero en efectivo, y yo le ayudo a desestresarse dándole la hora de su vida. Tampoco es hacer trampa. Es sólo un arreglo que funciona bien para todos.