La chica agente de bienes raíces, Freya Parker, acaba de vender otra casa por una tonelada de dinero y Dan no puede soportarlo. Él tiene la corazonada de que ella está follando a sus clientes para que compren las casas y si las mesas se volvieran y fuera él mismo follando a sus clientes, sería despedido. Pero tal vez Dan pueda asociarse con Freya, complacerla y satisfacer sus necesidades, entonces a su vez ella podría ayudarlo con una venta o dos.